jueves, 2 de noviembre de 2023

003 - Asaltó al Banco de Inglaterra

 

El Juego

Asalto al Banco de Inglaterra es un juego sencillo de mesa que seguro que os deparará mucha diversión. Eso sí, es de duración media-alta, unos 90 minutos, y pueden jugar desde 2 a 6 jugadores.

El juego consiste en ir robando el mayor número de bolsas de dinero de los principales bancos de Inglaterra y esconderlas en una guarida secreta, mientras escapas de la policía, consigues las herramientas necesarias para poder atracar otros bancos y vigilas a los demás ladrones, pues pueden robarte lo que acabas de robar.

Los componentes del juego son de la calidad a la que nos tenía acostumbrados NAC, y consisten en: un mazo de cartas de Scotland Yard, para el jugador que hace de policía; un mazo de cartas de Oportunidad para los jugadores que hacen de ladrones; 1 mazo de cartas que representan los objetos; 2 dados de 6 caras; fichas de distintos colores, (las negras, reservadas al jugador que hace de policía); y fichas más pequeñas de color blanco, que hacen las veces de las bolsas de dinero de los bancos.

Las cartas, tanto las de Oportunidad como las de Scotland Yard, suponen una ventaja considerable para el jugador que las juega. Dentro del mazo de Oportunidad se pueden encontrar cartas para escapar de una redada, para huir hacia una zona segura, volver al refugio predeterminado, saltarse algunos sistemas de seguridad de los bancos, encontrar túneles para robar el Banco de Inglaterra, etc. Las cartas de Scotland Yard, por otro lado, sirven para hacer redadas, poder atrapar a ladrones que se encuentren a pocas casillas de tu policía, encerrar a los ladrones que hayan saltado algún sistema de seguridad de un banco, etc. Todas estas cartas se roban siempre que un jugador saque un 7 o un 11 en los dos dados.

Jugando

Dependiendo de los jugadores que haya sobre la mesa y que estén dispuestos a jugar, se reparten los roles. Uno de los jugadores tiene que ser el policía, y los demás jugarán como ladrones. Una vez decidido esto, los ladrones se reparten las guaridas secretas, eligiendo una cada jugador como base de operaciones. Allí es donde comenzarán la partida, pero posteriormente podrán mudarse a otra guarida que les venga mejor, o incluso entrar en una guarida de otro ladrón donde no tenga ninguna ficha y poder robar lo que allí tiene guardado.

El sistema de juego es realmente fácil. Cada jugador, en su turno tirará dos dados de seis caras y ese será el movimiento que tiene para mover la ficha que quiera y que sea de su propiedad. El tablero de juego viene dividido en cuadritos por lo que cada punto de movimiento es un cuadrito que avanza.

En el tablero se puede apreciar distintos edificios designados como tiendas, y cada uno de ellos aporta al ladrón que entre dentro de él una carta para saltarse una de las cuatro medidas de seguridad de las que dispone un banco, como puede ser un soplete, un plano, un reloj antirrobo o dinamita.

Una vez que el ladrón dispone de suficientes cartas como para poder saltarse las medidas de seguridad antes mencionadas, podrá entonces entrar en un banco a robarlo. Dentro del banco se puede apreciar, en ciertos cuadritos de movimiento, un dibujo de un sistema de seguridad. El ladrón, al pasar sobre ese cuadrito, deberá soltar la carta correspondiente al dibujo, pudiendo de esa forma pasar sin levantar sospechas de la policía. Si por algún casual no tiene la carta necesaria y hace saltar la alarma, los policías podrán entrar sin miramientos dentro del banco para poder atraparle, cosa realmente fácil, ya que no está permitido pasar a través de otras fichas y los bancos suelen tener sólo una vía de entrada y salida, por lo que los ladrones no suelen tener escapatoria si el policía llega a tiempo al banco.

Si el ladrón, en cambio, va soltando todas las cartas necesarias, podrá robar el banco y el policía no podrá entrar en él para atraparlo, aunque sí podrá esperar en la puerta a que salga para pillarlo con las manos en la masa. Pero claro... como hay tantos ladrones y tantos bancos... difícilmente un policía podrá controlar todos los bancos del juego, teniendo que dejar algunos sin vigilancia, hecho que podrán aprovechar los jugadores que controlan los ladrones para entrar y robarlo.

Cada vez que el policía atrape a un ladrón lo encerrará en las celdas de comisaría, y si éste tenía en sus manos algún botín, es devuelto al banco del que se robó. Ese ladrón quedará inutilizado hasta que el jugador que lo controle suelte una carta de Oportunidad específica para poder salir de las celdas.

La partida la gana el jugador que haya robado más botines de los bancos. El policía en vez de contar los botines, ya que él no roba, contará los ladrones atrapados en las celdas de comisaría.

Opinión

Pues eso es todo. Es un juego sencillo y divertido, aunque tiene ciertos defectos, como la duración o el que muchas veces, cuando quedan pocos ladrones en juego y el policía juega bien, la partida se suele quedar parada, ya que los ladrones pueden quedarse dentro de un banco e ir tirando el dado y moviéndose dentro y el policía esperar fuera, sin que la partida avance, ya que ni el ladrón querrá salir ni el policía querrá abandonar esa posición tan ventajosa para poder atraparle.

Pero eso no es nada que no se pueda arreglar con un par de reglas caseras que arreglen el desastre. Por lo que puedo aventurar a decir, el juego no es gran cosa, no dispone de grandes estrategias ni hay que quebrarse mucho la cabeza, por lo que es rápido y ameno, aunque la partida pueda durar mucho. No importa la cantidad de jugadores que jueguen, no se hace pesado y ni largo.

Conclusión

Un juego divertido, difícil de encontrar y que permite, con un poco de imaginación y buen hacer, modificarlo para generar partidas épicas con reglas caseras. Puede valer tanto para jugones como para jugadores novatos.

P.D.: Esta entrada me gustaría dedicársela a mi hermana, que es la primera persona friki que conocí en mi vida y la que me influyó a ser lo que hoy soy: un friki. De ella eran los primeros juegos de mesa que jugué, como éste que comento en esta entrada, el Monopoly, el Escrúpulos y tantos otros que se han perdido en el espacio y el tiempo...

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